Me convertí en el villano de una fantasía romantica - Capítulo 11
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No es una casualidad (6)
Todos los asistentes se habían acostado para pasar la noche. Solo una pequeña luz parpadeó en los oscuros pasillos de la mansión del Conde.
Hailey, la criada personal de Elena, caminaba hacia algún lugar con un candelabro encendido. Su señoría, Elena Edelweiss, también estaba a su lado. ¿Qué están haciendo tan tarde en la noche? Uno podría preguntarse. Por supuesto, no fue para robar los objetos de valor del conde, ya que el duque Edelweiss era el segundo hombre más rico del norte.
Las dos se detuvieron frente a una habitación. Abrieron la puerta muy despacio para que nadie oyera el ruido y entraron. Era una acogedora habitación sin ventanas, que constaba únicamente de una librería, una chimenea, algunas sillas acolchadas y un solo escritorio.
Ya había una persona sentada en una de esas sillas; él era el Conde Kraus, el que las había llamado allí. De pie junto a él estaba Ken, un mayordomo viejo y arrugado que daba una impresión amable, y una criada de mediana edad con bastante cabello gris.
—“Debe haber sido difícil llegar hasta aquí ya que todas las luces estaban apagadas. Me alegro de verte"
—“Hailey tiene buenos ojos para la oscuridad. Tampoco fue tan difícil ya que nos lo había explicado bien, Conde Kraus. Solo teníamos que encontrar una habitación con una luz que se filtraba por las grietas de la puerta”.
A decir verdad, Elena simplemente necesitaba encontrar la habitación donde sintiera la energía más fuerte. La oscuridad no era un problema para ella. No importaba lo cerca que estuviera el Conde Kraus de ocultar perfectamente su presencia, no podía escapar de sus sentidos mientras ella fuera trascendentalista.
—“Conde Kraus… suena demasiado formal. Solo llamame suegro o padre. Vamos a ser familia de todos modos”
—"Si, padre"—Los dos sonrieron y se respondieron el uno al otro.
Tal vez fue por la apariencia juvenil del conde, había una sensación de rareza con esta imagen. Hailey fue la única a la que le importó porque aún no estaba acostumbrada a la apariencia del hombre.
Joachim Edelweiss, jefe de la Casa Edelweiss, también tenía la misma edad que el Conde Kraus. Joachim parecía más joven que su edad real. Pero el conde, sin embargo, parecía ser un joven de unos veinte años. A Hailey también le resultaría extraño ya que el conde se parecía exactamente a Damián, el prometido de su señora.
El Conde Kraus presentó a sus asistentes a Elena uno por uno.
—“Este es Ken, y la mujer a su lado es María. Estos dos fueron los que criaron a ese chico. Han estado con Damian desde que era un niño, por lo que probablemente saben más sobre él que yo”.
—"Eso no es verdad. Creció solo. Todo lo que hicimos fue quedarnos a su lado”.
—“Yo tampoco podía estar mucho a su lado. Incluso cuando tuvo que despedirse de su madre”.
Ni María ni Ken pudieron responder a las palabras autocríticas del conde. Era un buen padre, pero el conde pensaba lo contrario. Se veía a sí mismo como un mal padre que no podía hacer mucho por sus hijos.
En la vida anterior de Elena, escuchó sobre el Conde Kraus de Alphonse y Damian directamente, por lo que sabía lo que realmente sentían por su padre. No había nada que Elena pudiera decirle al conde ahora, quizás en el futuro pudiera. Su regresión se aplicaba a ella y su único significado era que ella era la única que recordaba su pasado.
La actual Elena Edelweiss solo estaba aquí para conocer a su futuro prometido, un arreglo que se hizo bajo la influencia de sus padres.
—“Oh, casi te muestro un lado desagradable de mí. Por favor olvida lo que pasó”—Elena se preguntó si estaba bien ofrecerle palabras de consuelo como su futura nuera.
Ella no deliberó por mucho tiempo.
—“Puede que haya conocido a Lord Damian por primera vez hoy, pero no creo que tuviera ningún resentimiento por su propio padre. Nunca había visto a los de una casa noble conversar tan cómodamente durante la comida”
Elena se preguntó si podría brindarle un poco de consuelo. Él aflojó su expresión endurecida y le dio las gracias.
—"Sí. Sí eso es lo que parece en tus ojos, supongo que sí. Gracias por decirmelo. Caray, tal vez es porque me estoy haciendo viejo, no soy como era en ese entonces”
—"Mi padre estaría furioso si te escuchara decir eso considerando cómo te ves".
—“¿Eh? Dile que se enoje tanto como quiera o desarrolle un hechizo mágico que lo haga más joven. El tipo sigue desquitándose con los inocentes. Tsk tsk. Me alegro de que te parezcas a tu madre en lugar de a él, Elena. Qué alivio"
Tan pronto como el conde se echó a reír, el ambiente acogedor volvió a la habitación. Hailey, en particular, hizo todo lo posible por no expresar lo tenso que había sido. Se sentía como si finalmente pudiera respirar ahora.
Sin embargo, el conde notó su expresión, levantando ligeramente las comisuras de su boca para contener la risa.
—"¡Ejem! Entonces, ¿por qué no ponemos manos a la obra?”
Estuvieron presentes el Conde Kraus, Ken, María y Elena. Si tuvieran que incluir a Hailey, que se quedó al lado de Elena, había cinco personas en la habitación. Solo había una razón por la que se reunieron allí, y fue para descubrir cómo hacer que Damian y Elena se acercaran más. Esa fue la única razón por la que el conde envió un telegrama a Elena después de la cena.
—“Elena, por lo que observé durante nuestra comida, parece que ya tienes el corazón puesto en Damian”
Elena se preguntó si ella era tan obvia para los demás. Y su rostro comenzó a arder cuando un tercero lo dijo directamente.
—"Sí. Mmm…”—Preparó varias respuestas por si el conde cuestionaba su amor. Sin embargo, el conde hizo un gesto con la mano, como para indicar que no necesitaba explicaciones.
—“No, no necesitas decirme por qué. Existen numerosas razones por las que las personas se enamoran, incluso si es la primera vez que se encuentran. Si quieres decírmelo en el futuro, entonces puedes hacerlo entonces. Puede que sea mi hijo, pero seguro que tiene suerte. Una chica dulce y bonita como tú se está interesando en él, pero él no puede darse cuenta. Me pregunto seriamente a quién se parece a veces”.
—"Para empezar, no creo que se parezca a ti ya que tu expresión lo revela todo".
—"Así es. Todo es culpa de Ken. Es por ti. No debí dejar que te acercaras a Damian cuando era pequeño. Convertiste a Damián en una piedra. ¿Cómo vas a asumir la responsabilidad de bloquear el compromiso de mi hijo?”
—“Espera, ¿cómo se ha convertido esto en mi culpa? El joven maestro siempre ha sido así”
—"¡Disparates! Era como yo cuando era niño. ¡Estaba lleno de expresiones! ¿¡No maduró demasiado rápido porque eras tan estricto!?”
—"Estricto dices, pero Conde Kraus, tú fuiste quien..."
—"¡De todos modos! ¿Alguno de ustedes tiene algún plan?”—Nadie tuvo una respuesta inmediata.
Elena no sabía cómo tener citas en primer lugar. Mientras que en el caso de Hailey, ella siempre había estado al lado de su señora, por lo que tampoco podría haber tenido una cita antes. Es por eso que Elena confió en su suegro y en Ken, pero su conversación ya había demostrado su inutilidad.
María era la única a la que podía recurrir ahora. La mujer mayor parecía haber estado reflexionando por un momento, antes de que pronto se le ocurriera una respuesta.
—“Um, señorita, ¿podría llorar por nosotros una vez?”
—"¿Perdón?" (NT; la vieja confiable, la lloración xd)
***
El tiempo pasó volando y la mañana siguiente llegó de nuevo.
El Conde Kraus y Ken ayudaron a elegir un lugar para que los dos pudiéramos desayunar juntos. Estaba en el anexo este. Había oído que el Pabellón Isilia era donde su madre, Arwen Kraus, solía cultivar su jardín. Era diferente al edificio principal en el que me alojé antes.
Mi corazón latía con el soplo del aroma de las flores transportado por el viento y los rastros de su olor.
No pasó mucho tiempo antes de que él llegara. Desayunariamos, repetiríamos las preguntas y respuestas de ayer y no iríamos más lejos. Para ser precisos, fue porque hablé sin parar y él no pudo mencionar nada.
Probablemente una cuarta parte de lo que dije fue la cantidad que gasté hablando con él en mi vida anterior. Sin embargo, no puedo retrasarlo más ya que mencionó las conversaciones sobre el compromiso.
—“Elena, todavía no hemos discutido claramente nuestro acuerdo. Más importante aún, todavía es demasiado pronto para…”—Sabía que era hora de hacer lo que María me dijo ayer.
—‘Señorita, las lágrimas de una dama pueden convertirse en el arma de uno. Es aún más poderosa cuando proviene de una mujer hermosa como tú’
—‘Pero, ¿cómo podría llorar en el acto, María? Me pregunto si tal exhibición conmovería el corazón del joven maestro. Ni siquiera se inmutó cuando lloré en broma’
—‘Eso es porque tu actuación es peor que el aegyo 1 de Alphonse , Ken. Y el joven maestro es muy perceptivo en las formas más extrañas. Las simples lágrimas no lo afectarán, emocionalmente. Tienes que sentirte realmente triste’
—‘Está bien, pero ¿cómo sabes eso?’
—‘Se lo hice al joven maestro en el pasado cuando seguía entrenando y trabajando demasiado su cuerpo. No sé por qué lo preguntas cuando te has enamorado muchas veces’
—‘¿De qué estás hablando…? Espera… ¡Entonces antes cuando tú…!’
Antes de que mis recuerdos se mezclaran, me detuve en recordar las cosas irrelevantes. El punto no era la pelea de Ken y Maria, sino el hecho de que realmente tenía que llorar por él.
—‘Lady Edelweiss conoció al joven maestro por primera vez hoy, por lo que será efectivo usar este movimiento después de que se conozcan más. Cuanto más tiempo pasen juntos, más sinceras serán sus emociones’—Explicó María. Sin embargo, ella no sabía que retrocedí.
‘¿Quién más, excepto yo, ha pasado más tiempo con él?’
—“Dijiste que respetarías mi elección, Damian. Y elegí comprometerme. ¿No es eso suficiente?”
Lo que tenía que hacer era dirigir mi remordimiento y pena hacia él, los cuales estaba segura de hacer ya que sólo necesitaba recordar mis recuerdos de hace varias horas.
No habían pasado 24 horas desde que retrocedí; habían pasado poco más de 19 horas. En otras palabras, solo habían pasado 19 horas desde que murió en mis brazos. Podría olvidarlo por un tiempo ya que él estaba frente a mí, vivo y respirando. Dicho esto, era muy poco tiempo para borrar por completo ese recuerdo.
No fue bastante difícil recordar un pasado de hace unas horas. Los recuerdos dolorosos, que no podía enterrar por mucho que lo intentara, comenzaron a resurgir de nuevo.
La sensación de sus manos que se vuelven cada vez más y más frías, el sonido de su corazón latiendo cada vez más lento y, finalmente, la suave sonrisa suya que se refleja en mis ojos…
Cuando esos recuerdos aparecieron en mi mente, cálidas lágrimas brotaron de mis ojos.
Lo vi entrar en pánico cuando vio mis lágrimas. Mi energía mágica también había convertido automáticamente el viento en frío.
—"Entonces, ¿por qué dirías eso?"
Olvidé lo que estaba diciendo después de pronunciar esas palabras. En este momento, la tristeza y el dolor me abrumaron. Poco a poco me olvidé del presente y el pasado comenzó a consumir mi mente.
Afectado por el frío que induje, agarré su mano por reflejo. Las manos, cuya temperatura debería haber bajado, estaban muy calientes.
—"Lo siento"—Se disculpó mientras me abrazaba para protegerme del frío.
—“No era mi intención preocuparte. Fue tan repentino. Solo quise decir que necesitamos tiempo para conocernos. Eso es todo"—Para ser honesta, no podía escuchar lo que estaba diciendo. Lo único que podía sentir era su calor y su corazón palpitante.
El golpe final fue la forma en que me miró. Estaba vivo y eso hizo volar por los aires todo lo que sabía del pasado.
‘Me sentí aliviada’ Me acurruque en sus brazos, olvidando el verdadero propósito de estar allí.
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